"El Abrazo" - Concepto de Yumeki Entertainment Agency para desfile de 400 años
Yumeki Entertainment tendrá una participación activa en el desfile de 400 años Mexico-Japón, cuyas integrantes tomarán como conceptos centrales "el abrazo de las ama japonesas al pueblo mexicano" y " la influencia de la cultura idol kawaii en la sociedad mexicana".
El 30 de septiembre de 1609 un tifón redujo a pedazos el "San Francisco", que había partido de Manila con destino a Acapulco con 373 hombres a bordo, capitaneados por el que fuera gobernador de Filipinas, Rodrigo de Vivero.
El huracán acabó con la vida de 56 navegantes, pero los otros 317 fueron rescatados valerosamente por los pescadores de Onjuku, entonces una aldea de 300 habitantes.
Hoy, este municipio costero, situado a unos 100 kilómetros de Tokio, tiene 8.000 residentes y está hermanado con la localidad mexicana de Acapulco, en recuerdo de aquel episodio.
Cuentan las crónicas que en el rescate de 1609 participaron activamente las "ama", las pescadoras que buceaban a pulmón para recoger moluscos del fondo marino, quienes hicieron revivir sobre la arena a los marineros ateridos de frío, abrazándoles para transmitirles calor.
Esa representativa imagen la quisieron recordar hoy las autoridades de México en Japón, que regalaron al pueblo de Onjuku una escultura del mexicano Rafael Guerrero que muestra una mujer estrechando a un hombre contra su pecho.
En 1609 los ciudadanos de Onjuku rescataron de forma heroica a 316 de los 373 marineros del "San Francisco", y Rodrigo de Vivero permaneció casi once meses en Japón antes de regresar al actual México en una embarcación que le facilitó el shogún, en aquella época la máxima autoridad política del archipiélago. Aquel suceso, documentado por el propio De Vivero, está considerado como uno de los primeros contactos de occidentales con el Japón de los shogunes.
México considera que el suceso de 1609 marcó el inicio de sus relaciones bilaterales con Japón, unos lazos que, según afirmó el heredero al Trono nipón en un breve discurso, están "basados en 400 años de relaciones" y son "cada vez más estrechos en el ámbito político, económico y cultural".
Ante el obelisco levantado en 1928 en memoria del naufragio, el príncipe Naruhito, que ha visitado México en tres ocasiones, dijo que de ese país guarda "un gran recuerdo en el corazón" y cerró su discurso sonriente y con una frase de agradecimiento en español.
(Con informacion y fotografías de EFE y Ministerio de Asuntos Foraneos de Japón)
El "abrazo" kawaii
El 30 de septiembre de 1609 un tifón redujo a pedazos el "San Francisco", que había partido de Manila con destino a Acapulco con 373 hombres a bordo, capitaneados por el que fuera gobernador de Filipinas, Rodrigo de Vivero.
El huracán acabó con la vida de 56 navegantes, pero los otros 317 fueron rescatados valerosamente por los pescadores de Onjuku, entonces una aldea de 300 habitantes.
Hoy, este municipio costero, situado a unos 100 kilómetros de Tokio, tiene 8.000 residentes y está hermanado con la localidad mexicana de Acapulco, en recuerdo de aquel episodio.
Cuentan las crónicas que en el rescate de 1609 participaron activamente las "ama", las pescadoras que buceaban a pulmón para recoger moluscos del fondo marino, quienes hicieron revivir sobre la arena a los marineros ateridos de frío, abrazándoles para transmitirles calor.
Esa representativa imagen la quisieron recordar hoy las autoridades de México en Japón, que regalaron al pueblo de Onjuku una escultura del mexicano Rafael Guerrero que muestra una mujer estrechando a un hombre contra su pecho.
En 1609 los ciudadanos de Onjuku rescataron de forma heroica a 316 de los 373 marineros del "San Francisco", y Rodrigo de Vivero permaneció casi once meses en Japón antes de regresar al actual México en una embarcación que le facilitó el shogún, en aquella época la máxima autoridad política del archipiélago. Aquel suceso, documentado por el propio De Vivero, está considerado como uno de los primeros contactos de occidentales con el Japón de los shogunes.
México considera que el suceso de 1609 marcó el inicio de sus relaciones bilaterales con Japón, unos lazos que, según afirmó el heredero al Trono nipón en un breve discurso, están "basados en 400 años de relaciones" y son "cada vez más estrechos en el ámbito político, económico y cultural".
Ante el obelisco levantado en 1928 en memoria del naufragio, el príncipe Naruhito, que ha visitado México en tres ocasiones, dijo que de ese país guarda "un gran recuerdo en el corazón" y cerró su discurso sonriente y con una frase de agradecimiento en español.
(Con informacion y fotografías de EFE y Ministerio de Asuntos Foraneos de Japón)